lunes, 12 de febrero de 2007

Hoy: "El que es malo, es malo"


Cuando era niño mi viejo siempre me llevó a jugar futbol a un parque cerca de nuestra casa. Además jugaba en la rama senior del club de su barrio, aunque nunca se vio tan viejo como quienes lo acompañaban. Sin embargo hasta el dia de hoy tengo seria dudas de su club de futbol favorito, el cual no conozco debido a su incapacidad de pelear con sus futbolisados mejores amigos. El siempre soñó que hubriese sido un centrodelantero neto, goleador y de cabeza fria, pero mi madre rompió sus sueños al no darse cuenta de la dieta que debe llevar un deportista de alto rendimiento. Así que llevado por ese sobrepeso de la niñez y recordando unas palabras de la unica vez que vi a Bomvalet en la tele, el gordito malo para la pelota termina jugando al arco.


En esos años todo el mundo queria ser como el que ganara el Balon de Oro, emular sus destrezas y su fair play, pero yo tenía un icono totalmente diferente: Eric Cantona, un reconocido jugador del Manchester United que solia agarrarse a combos con cualquier cosa que lo mirara a los ojos y que los Holligans amaban porque era un gordito que no celebrara los goles, si no haber matado al arquero de un pelotazo, de haber quebrado tres piernas al entrar al area y de dejar niños paralitico cuando le pedian autografos. Frente a esa definición ¿Como alguien asi podía ser el icono de un niño de 12 años? era directo, hacia goles y no le importaba el equipo contrario, le importaba ganar. Y es por eso que tenía un pequeño poster de el en mi pieza (en el cual se veia quieto, de manos levantadas, con los ojos a punto de explotar y con tres tipos del otro equipo tirados en el suelo) que no se sabia si era el celebrando un gol o invocando al demonio.


Ahora bien... habia un problema: Se supone que no podia ser como mi icono porque era arquero gordo y temeroso de que le pegaran un pelotazo en la cara. Hasta que un dia mi viejo me llevó al persa Bio Bio y me regalo un par de guantes de futbol, aunque con una notable cara de "estoy matando el sueño que nunca logré". Ese dia creí que podía emularlo jugando en otra posición. Así que me inscribi en un campeonato de baby futbol con los que estaban en el equipo de mi curso (y que eran los que habian repetido más veces de curso) que necesitaban un arquero. Juraron que si me llegaba a "comer" un solo gol no estaria más con ellos. Ellos era rudos, justamente lo que necesitaba. El dia del primer partido llegué atrasado porque mi madre me obligó a tomar un desayuno en base a colesterol y grasas saturadas, por lo que debí entrar el segundo tiempo. El marcador era 1 por 2 a favor de la visita. Entonces tomé mis guantes, pensé en aquel tipo y me dije: "Claudio, hazlo en nombre del futbol" Terminamos ganando 6 X 2, dejé a un niño sin dientes al pegarle certero codazo en un corner al final del partido y la gresca fue fenomenal, al punto los mismo entrenadores (apoderados del colegio) también estaban trenzados a golpes.


Fué asi como comenzó mi carrera como arquero estrella, al punto de ser capitan del equipo, gracias a certeras lesiones a los delanteros rivales que nunca eran cobradas... "Cosas del futbol"... y al apoyo y protección de un equipo que promediaba los 15 años. Hasta que un dia perdimos. Fue justo en la unica ocasión en que me fue a ver mi viejo, y para ser sincero, me aburrió el futbol, porque perdimos por goleada. Hasta que un dia estaba de aniversario el club en el cual jugaba mi viejo, y para tal notable ocasión invitaron a "Candonga" Carreño, la versión criolla de Cantona. Toma la pelota, se pasa un jugador y es recibido por un fuerte trancazo por otro. Candonga cae, pero se levanta, le da un par de sendos puñetazos a su rival y fin del partido, de la celebración y del aburrimiento por el futbol.


Hoy sigo jugando futbol, aunque no con el ritmo de antes. Sigo al arco, aunque mi icono ya juegue y mi peso haya bajado notoriamente. Ya no soy el violento de antes, creo que el yoga y el aromaterapia me han cambiado. Pero cada vez que tomo la pelota, que atajo un tiro o increpo a alguien, el brillo de un pasado esplendor y de la pasión por pasarle por encima al otro aparece. No suelo hacer eso en la vida fuera de la cancha, pero cuando la unica meta es ganarle al contrario, Cantona "is the one".

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