Una de las grandes flexibilidades que entrega la navegación por Internet es la opción de los grandes saltos entre contenidos y perspectivas. Así como se puede visitar las informaciones de último momento en diferentes diarios electrónicos podemos darnos un paseo por recuerdos ajenos o noticias bajo la perspectiva de algún disidente. En ese sentido, estamos ante un desorden de información que se alinea según las necesidades de cada navegante, por lo que lo importante de analizar son las tendencias de las visitas.
Desde que se abrieron buscadores como Google fue posible tener acceso a las estadísticas de las páginas más visitadas y los contenidos más buscados. Todo hace parecer que la principal variable que crea la tendencia es el contexto informativo. Por ejemplo, a fines del año 2001 la frase más buscada en Internet a través de Google fue el nombre de “Osama Bin Laden” (rompiendo las diferencias idiomáticas), tomando en cuenta que la medición se hizo entre el 1 de enero y el 31 de diciembre, por lo que la importancia que adquirió un evento internacional sobrepasó en tres y una fracción de meses todas las tendencias anteriores del año que pasaba e incluso desbancó a la propia pornografía. Una avalancha de personas en búsqueda de información específica referida a un concepto en particular rompió las tendencias históricas en las visitas a Internet. Es por eso que no sería extraño pensar en que la información aparecida respecto a Bin Laden respondería en alguna de sus variaciones a explicaciones previas de líneas editoriales o políticas que intentan sacar el jugo de la situación. Nos encontramos con un objeto integrado a una red de significaciones, debido a que toda materialidad va unida a un sentido.
Baudrillard, cuando Nixon renuncia a la presidencia de EEUU, cuestiona la posición de Bourdieu respecto a la democracia que se visibilizaba gracias al periodismo investigativo que terminó por desenmascarar Watergate. El último hablaba de que esa era una demostración de que la política institucional podía ser alterable, aún cuando Baudrillard asumió que lo que se tenía en frente era otra faceta de la exclusión, pues en el fondo, la decisión de quien lo seguía aún estaba en manos de la cúpula política. Casos como estos demuestran la facilidad con la que se maneja la información en términos comunicacionales, y de cómo los imaginarios sociales respecto a diferentes facetas de la vida que tengan directa relación con sistemas totales son manipulados gracias a las orientaciones con las que se nos presentan los contenidos. Y todo esto se visualiza en el concepto de opinión pública.
¿Es la opinión pública la que lleva la batuta en términos de contenidos buscados en Internet? Si bien el concepto de opinión pública es tan vago como criticado y analizado, lo concreto es que las tendencias en la información se originan en una especie de confluencia entre medios de comunicación, principalmente porque han articulado una gran red paralela entre información oficial y espacios como los blogs diseñados y pensados como micro-periodismo, por lo que se ven influenciadas directamente por el tratamiento de la información que los canales de comunicación global le dan. El ejemplo anterior vuelve a la palestra si se asume que la culpabilidad de los actos terroristas del 9/11 fue expresada solo un par de horas posteriores al ataque, por lo que fueron los medios los que difundieron ciertos códigos claves para articular el conflicto en términos de un manejo de información de la opinión pública. Si bien los medios respondían a las declaraciones de la Casa Blanca, lo cierto es que fueron el principal factor de alimentación del imaginario social del terrorismo en términos de una estética tanto del terrorista como del sufrimiento. Si a eso le agregamos archivos audiovisuales que fueron lanzados por las cadenas televisivas donde se ven personas del Medio Oriente celebrando el ataque o la línea de la moral en que las imágenes nunca mostraron un cuerpo mutilado en la escena de lo que quedaba de las Torres Gemelas, la relación es clara. Son los medios de comunicación y su efectividad la punta de lanza de las tendencias que podemos encontrar en las visitas a contenidos de Internet.
Como visitante de Internet, suelo visitar las páginas que me parecen más útiles como la revisión del e-mail, las noticias o encontrar información en buscadores como Google. La importancia que ha adquirido en este último tiempo este buscador es síntoma de una especie de transformación de las formas en las cuales consumimos información. En el caso de la televisión usamos un control remoto mientras recorremos buscando algo que nos llame la atención o que necesitemos ver, pero en el caso de Internet nos supeditamos a las expresiones de un buscador que se encarga de nuestros asuntos. Para muchos es un ordenamiento lógico de información, y a decir verdad, gran parte de las veces que he intentado buscar encuentro lo que busco. ¿Pero que pasa frente a los nuevos contenidos? El mapa ya está trazado antes de empezar o de pensar siquiera la búsqueda, lo que nos pone en una situación muy particular, a pesar que las suspicacias se ven desarmadas por el llegar a la información necesaria. Todo lo que vemos en los resultados de una búsqueda en Internet son lugares visitados previamente a través del buscador que usamos, por lo que existe un filtro previo de la expresión y de los formatos. A pesar de no tener la cita a mano, me recuerda a un artículo leído en “Le Monde” sobre los poderes escondidos detrás de cada búsqueda en Internet, de cómo las multinacionales abren paginas con varios temas que enlazan a los productos que quieren vender y que caben dentro del concepto de “campaña publicitaria”. Por ejemplo, Starbucks ya no solo vende café, ahora vende música, libros y revistas, da conciertos en sus locales y fomenta el “estilo de vida del café”. Guiddens ya había hablado al respecto , pero lo importante es asumir que las redes de información no solo se articulan en términos de una variable, si no que hoy por hoy lo importante para saber de un tema en la Internet es que esté enlazado a otro, que se desarrollen canales de afluencia en los que se agolpen las cotidianeidades.
Hace un par de meses atrás leía por Internet un articulo titulado “Let’s live together ” de una periodista llamada Zoe Williams, quien escribe para el diario británico “The Guardian” donde plantea un escenario bastante particular: cuando las mujeres deciden salir a trabajar como una forma de independencia, como reivindicación de la figura femenina y el fin del cohorte de labores, llevan la lucha de clase al hogar al hacerse de nanas para el aseo. Ella llama a vivir juntos y desarrollar un trabajo conjunto en el hogar. Otros textos como “Derribando las paredes del patriarcado” pueden encontrarse rápidamente en Google. El punto detrás es que ese espacio democrático, esa inclusión de temas y contenidos es tal solo para aquella mujer que tienen conciencia de aquellos espacios de discusión, por lo que la denuncia se vuelve la razón de expresión y no la búsqueda de concientización en términos del marxismo. El artículo de Zoe Williams habla muy bien al respecto: Crear nuevas lógicas de interacción más allá del rol que se cumpla, un replanteamiento de los actos de cuerpos que se encuentran en otro contexto y en el umbral de nuevas relevancia.
domingo, 4 de marzo de 2007
Los contenidos en la democracia imaginaria de Internet.
Publicado por London en 1:37
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1 comentarios:
los sistemas comunicativos son un caso en si mismo, la gracia esta en crear un espacio de "exprecion", que de seguro han de estar previamente pauteado o guiado... una manera de influir en el pensamiento colectivo, por algo Piñera ingreso a ese mundo no?, que mejor manera de entregar y convencer, tal vez un "dilo y repitelo que algo ha de quedar".
En este aspecto no creo que se libere ningun sistema de comunicacion o informacion y por ello ha de ingresar el internet... no fuiste tu el que dijo da la libertad para poseer un mayor poder? (o algo asi, corrigelo).
ok eso por ahora... un besote
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